lunes, 11 de enero de 2016

Trastornos alimenticios

¿Qué es la bulimia?

La bulimia es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza porque las personas ingieren grandes cantidades de comida en un espacio corto de tiempo. Los bulímicos no dominan los impulsos que les llevan a comer y tienen la sensación de que no pueden parar de hacerlo. En cambio, cuando terminan de comer se sienten culpables y avergonzados por ingerir muchos alimentos, lo que les lleva a la purga (vómitos autoinducido o empleo de laxantes o diuréticos). También siguen regímenes rigurosos y hacen ejercicio excesivo para contrarrestar las abundantes ingestiones.
Más o menos, los bulímicos sufren cerca de 15 episodios de atracones y vómitos por semana. Su peso suele ser normal, así que es muy difícil detectar esta enfermedad. En uno de esos atracones que los caracteriza, pueden llegar a consumir de 10.000 a 40.000 calorías.


Hay diferentes causas que provocan la bulimia y suelen deberse a factores biológicos, psicológicos y sociales. Los enfermos siempre se preocupan mucho por su peso, pero no pueden disminuir las ganas de comer. Además, no se encuentran bien consigo mismos, tienen la autoestima baja. Suele provocarse por haber seguido dietas sin control médico, lo que lleva a un fuerte estado de ansiedad. Muchos de estos factores coinciden con los de la anorexia, como los trastornos afectivos surgidos en el seno familiar, el abuso de drogas, la obesidad, la diabetes mellitus, rasgos de la personalidad e ideas distorsionadas del propio cuerpo.


Los síntomas típicos de la bulimia son los atracones o sobreingesta de alimentos, uso de laxantes, repetición de los ciclos de atracones y vómitos y baja autoestima.
Psicológicamente, los bulímicos tienen una gran impulsividad y un bajo autocontrol. Además, es frecuente que tengan síntomas de depresión y ansiedad, abuso de alcohol y drogas. También pueden ser cleptómanos (impulsos por robar) y ludópatas (adictos a los juegos).
Físicamente, se evidencia la debilidad, los dolores de cabeza, hinchazón en el rostro, problemas dentales, pérdida de pelo, mareos, bruscos cambios en el peso e irregularidades menstruales.
Todo esto tiene consecuencias como arritmias, deshidratación, hernia hiatal, caries, roturas gástricas…


Se diferencian dos tipos de bulimia: la purgativa, en la que se emplea o bien el vómito, o bien laxantes o diuréticos; y la no purgativa, en la que se recurre al ayuno o a un abundante ejercicio físico.


Es difícil de diagnosticar puesto que los episodios de sobreingesta y vómito se ocultan con facilidad. Lo más normal es que un médico lo detecte porque la persona se preocupe demasiado por su peso y presenta grandes fluctuaciones. Otros factores que ayudan a la detección son la tumefacción de las glándulas salivales en las mejillas, erosión del esmalte dental, bajo potasio sanguíneo y cicatrices en los nudillos.
Para un diagnóstico adecuado es necesaria una visita al psiquiatra.


Lo que más se aproxima a un tratamiento son la psicoterapia (mejor si se realiza con un especialista con experiencia en el ámbito de los trastornos alimenticios) y los fármacos. Primero se evitan los vómitos y, después, se enseña a seguir una dieta equilibrada, con buenos hábitos alimenticios.


Fuentes:

¿Qué es la anorexia?

La anorexia es un trastorno alimenticio que consiste en la pérdida de peso provocada por el enfermo y lleva a un estado de iniciación. Se caracteriza por el temor a aumentar de peso y una percepción distorsionada del cuerpo. El enfermo se ve gordo, aunque no esté ni siquiera en el peso recomendado, y por ello inicia una disminución del peso mediante ayunos y reducción de ingesta de alimentos.
Comienza con la eliminación de hidratos de carbono. Después la grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llegando a una deshidratación extrema. Se puede sumar el uso de laxantes, diuréticos, vómitos o exceso de ejercicio físico.
Los anoréxicos pueden perder de un 15% a un 50% de su peso.


Esta enfermedad tiene una causa desconocida, pero los factores sociales son muy importantes. Algunos de los factores pueden ser la propia obesidad de esa persona, obesidad materna, alejamiento del hogar, pérdida de un ser querido, sucesos traumáticos…
Hay ciertos factores de riesgo que pueden desencadenar esta enfermedad, como son los malos hábitos de comidas o la mala comunicación con los padres.


Los síntomas característicos son una pérdida significativa de peso provocada por el enfermo, problemas endocrinos derivados, miedo al aumento de peso, percepción distorsionada del cuerpo, amenorrea, estreñimiento, dolor abdominal…
A estos síntomas se le suman otros psicológicos, como la irritabilidad, trastornos emocionales o de personalidad y depresión.
Se producen arritmias, reducción del ritmo cardíaco, baja presión arterial, disminución de masa ósea, anemia…
Hay dos tipos de anorexia: el subtipo restrictivo, en el que se reduce el peso mediante dietas o mucho ejercicio físico; y el subtipo bulímico, en el que el enfermo recurre a las purgas.


Se diagnostica basándose en una intensa pérdida de peso y los síntomas psicológicos característicos.


El objetivo de los tratamientos es la corrección de la malnutrición y los trastornos psíquicos. Se intenta conseguir un aumento de peso y una recuperación de los hábitos alimenticios. Se debe basar en tres aspectos: detección precoz, coordinación entre los servicios sanitarios y seguimiento del paciente después de que sea dado de alta.


Fuentes:


¿Qué es la avitaminosis?

La avitaminosis es la total ausencia de vitaminas en el organismo. Para hablar de que se produce un déficit o carencia parcial en la cantidad de una vitamina o de un grupo de ellas, es más apropiado hablar de hipovitaminosis. En cambio, muchas veces se emplea el término avitaminosis para referirse a esa carencia parcial.


Las vitaminas son nutrientes completamente necesarios para el organismo, en general en cantidades muy pequeñas; pero, si no se consume una dieta que contenga todos los grupos de alimentos, es muy sencillo no cubrir las recomendaciones diarias. La inmensa mayoría de las vitaminas son esenciales, debemos tomarlas u obtenerlas del exterior porque nuestro organismo no es capaz de generarlas.


Hay diferentes tipos de avitaminosis:
  • Deficiencia de vitamina A (retinolismolosis)
  • Raquitismo: déficit de vitamina D (calciferol)
  • Deficiencia de vitamina E (tocoferol)
  • Deficiencia de vitamina K (antihemorrágica)
  • Escorbuto: déficit de vitamina C (ácido ascórbico)
  • Deficiencia de vitamina B
    • Beriberi: deficiencia de vitamina B1 (tiamina)
    • Deficiencia de vitamina B2 (riboflavina)
    • Pelagra: deficiencia de vitamina B3 (niacina)
    • Deficiencia de vitamina B6 (piridoxina)
    • Deficiencia de vitamina B12 (cianocobalamina)


Para tratar la avitaminosis, se identifica la vitamina o vitaminas que se encuentran en déficit para proceder a su reposición a través de suplementos vitamínicos o, raramente, mediante cargas inyectables.


Fuentes:


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